CABO VERDE ISLAS DE SÃO VICENTE Y SANTO ANTÃO
-PRIMERA PARTE-
(Dedicado a Antonio, nuestro secretario)
Aunque las agrupaciones de islas con la terminación "nesia" (termino procedente del griego y que significa isla) pueda parecer exclusivo del Pacífico, tenemos más cerca una "nesia", la Macaronesia.
Como podéis ver uno de los archipiélagos donde se agrupan varias de las islas Macaronésicas es el de las Islas Canarias, pero en esta ocasión nos vamos a ir algo más al Sur, al archipiélago de Cabo Verde.
En concreto nos vamos a las dos islas más occidentales de Barlovento (las dos más pegadas a la esquina superior izquierda de la imagen de arriba).
La mayor de estas dos islas es la de Santo Antão y la más pequeña la de São Vicente, en esta segunda isla es donde está nuestro aeropuerto de llegada, que alcanzamos tras escala en Oporto. Desde Mindelo a Porto Novo hay servicio de ferry regular que en una hora de trayecto une las dos islas.
Tras aterrizar en la isla de São Vicente, concretamente en el Aeropuerto Internacional "Cesária Évora" (oriunda de Mindelo), nos dirigimos a la zona de aduanas y tras esperar algo de cola obtenemos el visado (nuestro viaje fue en diciembre del 2016), parece ser que a partir del 2019 ya no se necesita visado pero sí el pago de una Tasa de Seguridad Aeroportuaria, que se puede hacer online o en el aeropuerto de entrada al país. Para información actualizada el MINISTERIO DE EXTERIORES.
En el aeropuerto también sacamos escudos caboverdianos en un cajero y en el exterior tomamos un aluguer a Mindelo, la capital de la isla y la segunda ciudad más poblada del país. Los alugueres son vehículos (minibuses, camionetas...) que prestan servicios colectivos en rutas más o menos establecidas (las paradas son discrecionales), pero en muchos casos no tienen horarios fijos de salida o paso, dependiendo los mismos de la demanda de plazas, atención en ese sentido a las islas poco pobladas y sobre todo a los recorridos desde el lugar de alojamiento hasta puertos y aeropuertos, ya que en esas rutas las salidas sí suelen estar ajustadas al horario de salida de los ferries y los aviones y además puede que las plazas a esos destinos estén reservadas. En estos casos es buena idea informarse previamente en el alojamiento o en las zonas donde suelen parar los alugueres.
Tras preguntar al conductor del aluguer, nos bajamos al pie de nuestro alojamiento en la ciudad, un sitio céntrico con su dosis de bullicio y con un restaurante propio en la planta baja, donde una de las noches pudimos disfrutar de un concierto de morna en directo mientras cenábamos.
Tras dejar nuestras mochilas salimos a dar una vuelta por Mindelo:
Desde el Puerto Deportivo se tiene una vista de la zona del mercado del pescado con una modesta replica de la Torre de Belém, recuerdo del pasado colonial portugués.
Arriba la playa de Laginha, playa urbana en el extremo norte de la Bahía de Mindelo, desde su arena se divisa la isla de Santo Antão:
Callejeando por Mindelo, única ciudad de la isla y donde se concentra más del 90% de la población de la misma:
Casa de Pasto, restaurantes de comida popular:
Al día siguiente madrugamos para ver la actividad de primera hora en el mercado de pescadores.
Esperando las barcas con las capturas:
Puestos de venta:
El Bife de Atum seguramente fue el plato que más consumimos durante nuestro viaje.
Después nos fuimos a la Plaza de la Estrela, muy próximo al mercado de pescado, para coger un aluguer a Baia das Gatas:
Desde esta pequeña población, conocida por celebrarse aquí un festival de música, improvisamos una vuelta caminando hasta Mindelo, no sin antes disfrutar de la visión de la Bahía.
Llegando a Salamansa:
Superando un collado entre Salamansa y Mindelo, con una intensa pero no muy larga subida, ya es todo bajada hasta la ciudad.
La ruta resultó de unos 14 kilómetros.
Al día siguiente, con los billetes de ferry reservados para el día posterior, nos fuimos de nuevo de caminata, para lo que cogimos un aluguer con destino a Calhau, aunque nosotros descendimos en el cruce a Madeiral:
Tomando dirección Oeste dejamos atrás el pueblo, nuestra intención es cruzar las montañas hacia alguna playa del Sur de la isla.
La ruta de hoy es algo más larga de la de ayer, llegando a los 20 km de recorrido y con dos ascensos no muy fatigosos, el terreno de bajada desde el Collado 1, en su inicio, resultó bastante descompuesto.
Vista hacia el Sur, desde el Collado 1
Una especie de pequeño "oasis" al alcanzar la orilla, aquí nos dimos un rápido baño y comimos.
Desde el extremo Oeste de la playa, viendo a los lejos el "oasis", volvemos hacia el Norte para encarar de nuevo las montañas y llegar al Collado 2:
Acercándonos a Mindelo, podemos ver la isla de Santo Antão al fondo, mañana arribaremos a ella:
NOTA: En relación a estas dos caminatas realizadas por la Isla de São Vicente y la seguridad, decir sobre todo que al finalizar en Mindelo, se accede al centro por los barrios periféricos, zonas por las que puede no ser conveniente andar a pie tras la puesta del sol.
Al día siguiente nos toca madrugar para ir al puerto a coger el Ferry a Porto Novo, en la isla de Santo Antão:
Al día siguiente nos toca madrugar para ir al puerto a coger el Ferry a Porto Novo, en la isla de Santo Antão:
Curiosamente al otro costado de la dársena, están cargando un buque con el nombre de la zona de la Isla de Santo Antão donde nos quedaremos esta noche:
Dejamos atrás la Bahía de Mindelo y navegamos por delante del Islote de los Pájaros:
Cada vez estamos más cerca de la isla de Santo Antão:
En concreto de Porto Novo, donde atraca el Ferry:
La isla de Santo Antão siendo mucho más grande que la de São Vicente, cuenta con menos población que ésta, estando además mucho más distribuida por la isla, sobre todo en su mitad Este (la más verde). Esto le da un aliciente especial a las rutas y los senderos.
Desde allí y una vez lleno el aluguer, tomamos la carretera litoral hasta la población de Cidade das Pombas, en la desembocadura de la Ribeira de Paúl, en la recepción del alojamiento que habíamos reservado por internet una chica nos comunicó que había un problema con nuestra reserva y que no podíamos quedarnos, nos ofreció contactar telefónicamente con alguno de sus conocidos para ver si tenían posibilidad de alojarnos; Vito, un italiano que acababa de reformar una casa en el pueblo con dos habitaciones para huéspedes, las tenía disponibles y hacia allí nos fuimos para quedarnos.
Dejamos nuestras cosas en la agradable casa de Vito, la verdad es que estuvimos muy bien allí, y nos dedicamos a patear el pueblo y algo de los alrededores:
Dejamos nuestras cosas en la agradable casa de Vito, la verdad es que estuvimos muy bien allí, y nos dedicamos a patear el pueblo y algo de los alrededores:
Las Mercearias son pequeñas tiendas salpicadas por las aldeas, a veces ocupando la propia entrada de una casa, quizás no se pueda encontrar todo como en Google pero casi siempre vamos a poder comprar suministros básicos.
Imágenes de Cidade (o Vila) das Pombas (Palomas), al final de la Ribeira de Paúl:
En la imagen de arriba se puede ver un pequeño cerro con antenas y una escultura, nos propusimos subir en algún momento del día:
Habíamos desayunado muy pronto para coger el ferry, así que, aprovechando un restaurante en el recinto del mercado, hicimos una comida temprana:
El restaurante tenía una pequeña terraza exterior, más bien una balconada, donde entraba ajustada una mesa pero con unas espectaculares vistas al mar:
Tras la comida subimos hasta el monumento que se veía en el pequeño cerro, al que se accede por unas escaleras, mirando hacia la aldea y a l mar estaba San Antonio.
Vistas Sur y Norte desde el mirador:
Para terminar el día caminamos un poco hacia el Sur, por la carretera, hasta una curva que nos había llamado la atención por la mañana al pasar desde el aluguer, un mirador sobre un pequeño conjunto de casas apiñadas en la desembocadura...
...de la Ribeira Poneta una de las múltiples gargantas que descienden desde las alturas de la isla.
En la siguiente captura del Google Earth se pueden ver las dos ribeiras, señalada en azul la de Poneta y en rojo la de Paúl.
Desandamos el camino para regresar a Cidade das Pombas.
A la mañana siguiente amanecimos tras un buen descanso, nuestra habitación resultó silenciosa con respecto al bullicio de Mindelo:
La noche anterior, habíamos acordado con Vito que daríamos una vuelta de 4 días por el Norte de la isla, mayormente a pie, y que volveríamos a su casa la cuarta noche, aligeramos un poco nuestras mochilas y dejamos parte de nuestro equipaje guardado en un rincón de la casa.
Tras desayunar con Vito, salimos a buscar un aluguer a Ponta de Sol, donde comenzaríamos nuestra primera jornada de caminata.
En la siguiente imagen se pueden observar las cuatro jornadas de caminata, por el siguiente orden diario: ruta en color rojo, azul, verde y naranja, en Blanco las conexiones con aluguer:
CONTINUARÁ.
SEGUNDA PARTE.
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